Tan sólo décadas atrás, se pensaba que los niños eran incapaces de deprimirse o presentar enfermedades psiquiátricas. Hoy, sabemos que los chicos también son susceptibles a padecer este tipo de trastornos.
Uno de los más complicados, es el trastorno bipolar, anteriormente conocido como maniaco depresivo. Se trata de una condición psiquiátrica que está dentro de un espectro, lo que significa que ningún bipolar es igual al otro.
La mejor manera de definir la enfermedad bipolar, es la de chicos que alternan episodios depresivos con aquellos de manía, en que están llenos de energía y pueden realizar actividades arriesgadas o parecer fuera de control.
¿Pueden ser bipolares los niños?
Anteriormente, el trastorno bipolar se diagnosticaba sólo en adultos o al final de la adolescencia, pero hoy niños de edad escolar y adolescentes reciben el diagnostico, lo que les permite tener el tratamiento adecuado lo antes posible.
En un principio, los niños bipolares pueden verse como demasiado activos, tendientes a los berrinches, irritables y con problemas para enfocarse. Pueden pasar periodos malhumorados y parecer muy energéticos días o semanas después.
El diagnostico de bipolaridad en los niños se hace con mucho cuidado. Es común que un niño bipolar, antes haya sido considerado como con déficit atencional e hiperactividad o, simplemente, se le haya visto como un niño difícil.
Son los padres quienes notan las fluctuaciones en el comportamiento de su hijo y, tras una serie de exámenes realizados por siquiatras, sicólogos y terapeutas infantiles, llegar al diagnostico y tratamiento.
Existe un factor hereditario en el trastorno bipolar, por lo que si un miembro de la familia o, algunos de los padres, lo tiene, debemos hacerlo saber al médico.
Tratamiento del trastorno bipolar en niños
En los chicos, el trastorno bipolar se trata de dos maneras: Con terapia sicológica y el uso de medicamentos específicos.
Los bipolares, requieren de un control estricto y, el siquiatra y terapeutas elaborarán una pauta de trabajo conjunto para que el niño pueda aprender a manejar su enfermedad y controlar sus fases depresivas y maniacas.
En cuanto a medicaciones, existe toda una nueva línea de fármacos modernos sin los efectos secundarios del litio. Generalmente son anticonvulsivos, pero demuestran funcionar bien en bipolares.
El siquiatra, con mucho cuidado, arma un coctel de medicamentos incluyendo estabilizadores, ansiolíticos y, en fases depresivas, anti depresivos. No es sencillo lograr el equilibrio y los cambios de dosis y fármacos son frecuentes.
Un niño que es tratado desde temprana edad, podrá aprender a controlar su trastorno bipolar y evitar parte de sus consecuencias, pudiendo convertirse en un adulto productivo, aunque tristemente será una enfermedad que le acompañará toda su vida.
Si crees que tu hijo puede ser bipolar, habla con su pediatra para que te refiera a un siquiatra especialista.
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