A la hora de planear un embarazo o nacimiento, existen diferentes métodos para elegir, cada uno con sus propias bases y teorías. Hoy, queremos que conozcan la técnica de Alexander.
Se trata de un método dedicado a ajustar las posturas que se tienen durante todo el proceso: Desde embarazo a parto, siguiendo también durante los primeros meses del bebés.
La base de la técnica de Alexander, es que durante el embarazo el centro de gravedad del cuerpo cambia y, ajustando las posturas, se puede evitar dolores y facilitar el proceso de dar a luz.
Técnica de Alexander en el embarazo
Durante el embarazo, gran parte del peso del cuerpo se concentra en una zona, lo que cambia completamente nuestro equilibrio, además de provocar dolores en la zona baja de la espalda y los pies.
La técnica de Alexander, enseña a la embarazada cuáles son las mejores posturas para acomodarse evitando caídas, dolores e inflamaciones. Así, se cambia la forma de realizar algunos movimientos, devolviendo al cuerpo el equilibrio.
Además, se busca compensar la presión que el crecimiento del bebé provoca dentro del cuerpo, evitando edemas, problemas respiratorios y presión en zonas como la vejiga, haciendo el embarazo un proceso más cómodo.
Técnica de Alexander en el parto
El uso de la técnica de Alexander, también se extiende al momento del nacimiento. La idea, es utilizar ciertas posturas para eliminar el dolor de las contracciones y ayudar a que el bebé se deslice de mejor forma por el canal de parto, aprovechando a su favor la fuerza de gravedad.
Acá no solo se trata de posturas, sino que también de movimientos musculares y técnicas de relajación y respiración, que ayuden a pujar de forma efectiva, dejando de lado el estrés y dolor.
Los primeros meses como padres
Cuando el bebé llega a casa, los padres deben aprender a hacer una gran cantidad de cosas con el bebé en los brazos, sobre el pecho o moviéndolo para bañarle o alimentarle.
La técnica de Alexander, se extiende a enseñar a los padres cómo realizar estos movimientos evitando dolores de espalda y posiciones que pueden dañar al bebé, ayudando a la vez a que se forme un lazo mediante el contacto físico.
La idea es generar un balance entre ambos cuerpos, que se complementarán de forma perfecta durante los siguientes años, siendo útil para madres, padres e hijos.
Tal como el Lamaze o Bradley, la técnica Alexander también se estudia y requiere asistir a clases especiales para prepararse. Si te interesa, consulta a tu obstetra acerca de un centro que imparta lecciones sobre la técnica Alexander, que cada vez es más popular.