Al nacer, los bebés nos parecen perfectos y la gran mayoría crecerá sin problemas. De todos modos, existen algunas afecciones leves en los recién nacidos, siendo el reflujo una de las comunes.
Después de comer, es normal que de vez en cuando los bebés devuelvan algo de la leche, en lo que parece un vomito, pero cuando esto se repite con frecuencia, estamos ante lo que se conoce como reflujo esofágico.
Se trata de una condición que se da porque la válvula que da la entrada al esófago, la parte más alta del estómago, no se abre y cierra con normalidad, lo que provoca que la comida se devuelva.
En otros casos, el reflujo tiene como causa una cantidad anormal de jugos gástricos o porque el esófago no trabaja a la velocidad que debería, manteniendo el alimento adentro durante más tiempo del esperado.
En general, el reflujo se suele presentar durante los tres primeros meses de vida y se cura por si solo, a medida que el organismo va madurando. Sólo en casos muy contados, es necesaria intervención medica mayor.
Diagnostico
El 20% de los recién nacidos sufren de reflujo y el diagnostico lo hace el pediatra, ya sea mediante un examen físico normal o a través de un estudio especial, en donde se le da al bebé un líquido de contraste y luego se revisa su transito a través de técnicas radiológicas.
Una vez que el reflujo está diagnosticado, los pediatras entregan una serie de consejos a los padres, las que van desde cambios de postura al amamantar al bebé a modificaciones en su dieta.
En los casos más graves, que son una minoría, se utilizan medicamentos y, de no tener efecto, se llega a la cirugía.
Síntomas del reflujo
Es muy común que los bebés devuelvan parte de la leche después de comer, ya que los líquidos suben rápido, pero de todos modos es importantes estar atentos a ciertos síntomas que nos indican que existe un problema.
- Vómitos violentos
- Exceso de saliva
- Dolor estomacal similar a los cólicos
- Rechazo al alimento
- El bebé llora antes o después de comer
- Mal aliento
- Continuos problemas respiratorio o infecciones en el tracto superior
Tratamiento del reflujo
En la gran mayoría de los casos, el reflujo se trata de forma no invasiva y sin requerir de medicamentos, tomando algunas medidas como:
- Modificar la posición en que se alimenta al bebé. Al comer, nunca debe estar acostado, sino que sentado. Después de comer, hay que esperar antes de acostarlo y preocuparse de sacarle los gases.
- Alimentación fraccionada. Darle de comer al bebé más veces y menos cantidad. A los 3 meses, se tiende a espesar un poco la leche, lo que ayuda a prevenir que vuelva a subir.
- Posición al dormir. El bebé, no debe dormir boca abajo. En caso de reflujo, los pediatras recomienda elevar en 30 o 40 grados la parte superior del colchón de la cuna del bebé.
La mayoría de los bebés dejará de sufrir reflujo a los 6 meses de edad o, a más tardar, al año.
Medicamentos
En casos de reflujo más grave, el pediatra indicará que es necesario el uso de medicamento, que generalmente se aplican de forma oral (líquida), antes de comer. El objetivo, es que la leche pase más “rápido” por el estómago, evitando los vómitos.
Cirugía
Los casos más graves de reflujo, que no responden a los primeros tratamientos, presentan síntomas más complicados o, simplemente, no se soluciona con la edad, requieren de un tratamiento quirúrgico.
La cirugía para el reflujo se hace de forma endoscópica, es rápida y tiene excelente pronostico. Sólo un 10% de los bebés con reflujo van a requerir una operación.
Como ven, el reflujo es una condición que, si bien asusta a los padres, no reviste mayores complicaciones futuras para el bebé y, con los cuidados necesario, sólo será un recuerdo más de sus primeros meses de vida.
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