Mi sobrino de 3 años llega todos los días del jardín de infantes hablando de Josefa, esa niña que él describe como “linda” y que requiere de una expedición especial de compras cuando llega su cumpleaños.
Esos “amores” de niños pequeños son la ternura misma e importantes a la hora de construir una relación positiva con el otro sexo, pero a medida que los chicos van creciendo, el primer amor también aumenta en intensidad.
Muchos chicos comienzan sus primeras relaciones amorosas en la pre-adolescencia. Generalmente no pasan de tomarse las manos y algún beso tímido, pero está en nosotros guiarlos para que vivan una relación de acuerdo a su edad.
¿Tiempo para novios?
Prohibirle algo a un pre-adolescente, es equivalente a estimularlo a que haga lo quiere. Si nuestro hijo/a quiere tener un novio/a, poco podremos hacer para evitarlo, pero si está en nosotros acompañar la relación.
Los chicos quieren comportarse como grandes y, la mejor forma de lidiar con ese primer novio/a, es abriéndole las puertas de nuestro hogar. Conozcan al chico/a y establezcan reglas claras.
Los pre-adolescentes, necesitan conocer las reglas de antemano y es importante establecerlas sin parecer demasiado duros. Otro punto vital, es no imponer nuestro consejo, sino que darlo cuando lo solicitan.
Entre las reglas que debemos dejar claras están:
- Cuándo podrán verse: ¿Después de la escuela o solo fines de semana?
- Salidas: ¿En pareja o solo en grupo?
- Horarios: Cuánto tiempo puede pasar nuestro hijo/a con el novio/a. Es una edad muy intensa
- Comportamiento: Puertas abiertas de la habitación.
De ser posible y, una vez que se note que los chicos si están viviendo un noviazgo y no es cosa de una semana, podemos hablar con los padres de su novio/a. Establecer reglas comunes siempre es buena idea.
Cuando hay diferencia de edad
En la pre-adolescencia, casi cualquier diferencia de edad es demasiada. Las niñas maduran mucho más pronto que los niños, pero eso no significa que nuestra hija de 11 años pueda tener un novio de 14.
A mi parecer, un año de diferencia de edad es el máximo que podemos permitir. Es un tiempo lleno de presiones y nuestro chico puede sentirse empujado a iniciar cosas para las que no está preparado. Si no haz hablado de sexo, es el momento para hacerlo.
Hablar de sexo con nuestros pre-adolescentes debe ir de forma natural. No entregues una enciclopedia de información, sino que refiérete a lo básico e invítalo a hacer preguntas. Eso te servirá para guiar las conversaciones.
A esta edad, siempre se sentirán más cómodos hablando con alguien de su mismo sexo. Si su mamá o papá no está presente, puedes pedir la ayuda de tíos o amigos cercanos.
Los pre-adolecentes, están empezando a probar el mundo de los más grandes y, con la guía adecuada y la confianza de que estamos siempre disponibles para ellos, irán descubriendo el amor, de forma adecuada a su edad.