Durante los nueve meses que el bebé permanece en el útero, se encuentra rodeado de líquido amniótico, por lo que para muchos se hace natural que llegue al mundo a través de un parto acuático que la haga mas simple la transición.
El parto en el agua, es una tendencia que se viene dando hace varias décadas y es una de las formas “alternativas” de dar a luz más comunes. Incluso, varios hospitales ofrecen la posibilidad a sus pacientes.
Cómo es el parto en el agua
El parto en el agua, se utiliza en casos donde se sabe que el bebé viene sano y en posición normal. Generalmente, se realiza dentro de una especie de piscina especial totalmente esterilizada para la ocasión, con la asistencia constante de un obstetra o matrona.
Los nacimientos en el agua, buscan darse de forma espontanea, en donde la madre se toma todo el tiempo que necesita para que el proceso se vaya dando de manera cómoda y pausada.
La madre, entra en la piscina una vez que ya está dilatada y cuando las contracciones se hacen más fuertes. Gracias a la temperatura del agua (37Cº), el dolor se atenúa. Muchas mujeres combinan el parto en el agua, con técnicas de relajación o hipnosis.
Al estar en una posición ideal para el nacimiento, recostada contra el borde de la piscina, el bebé sale fácilmente y de manera instantánea comienza el proceso de apego.
Quiénes pueden tener un parto en el agua
El parto en el agua está recomendado para todas las mujeres que hayan tenido un embarazo sano y no padezcan de ninguna condición que podría traer complicaciones, como la diabetes o la hipertensión.
Al realizarse en un hospital y bajo el atento cuidado de profesionales, se puede reaccionar rápidamente en caso de existir alguna complicación que requiera de una intervención mayor.
Las mujeres que desean tener un parto en el agua, deben encontrar algún hospital o centro de maternidad especializado y que tenga el equipamiento necesario para llevar a cabo dicho tipo de nacimientos.
Además, necesitan prepararse a través de clases que les ayuden a llevar bien el proceso. El padre puede participar del parto en el agua.
Beneficios del parto en el agua
Al hacer una transición del útero a un ambiente líquido, el bebé no sufre el “shock” de encontrarse de inmediato en un ambiente hostil. Se ha detectado que los bebés que nacen en el agua, sufren menos estrés durante el nacimiento.
Para la madre, el parto en el agua le permite realizar un proceso más relajado y natural, evitando la mayoría de las veces el tener que recurrir a inducciones o anestesia. Además, se favorece la formación del lazo madre e hijo, dando el apego temprano al poner de inmediato al bebé sobre el pecho.
Qué hacer si deseo tener un parto en el agua
Lo primero es informarse y comentar nuestro deseo al obstetra. Si nuestro médico no tiene experiencia en este tipo de partos, podrá derivarnos a un obstetra y matrona que realicen nacimientos en el agua.
Si se nos da el visto bueno, ya sea gracias a que tenemos un estado de salud optimo y que el bebé viene en buenas condiciones, llega la hora de empezar a prepararse para ese momento único en que nuestro pequeño conocerá el mundo.