Mantener a los más chiquitos tranquilos en casa, es una labor bastante complicada, sobre todo en días nublados o cuando están enfermos y necesitan quedarse dentro de la casa.
En vez de prender la TV y convertirla en nuestra niñera, existen actividades muy divertidas, que les ayudan a aprender sin que tengamos que gastar dinero. Hoy, quiero enseñarles una manualidad dirigida a los más pequeñitos.
Armando rostros con recortes de revistas
La idea, es que los chicos puedan reconstruir rostros con ojos, narices, bocas, orejas, pelos e incluso accesorios, que hemos recortado de revistas o catálogos. Es simple, utilizaremos materiales que tenemos en casa y se trata de una actividad didáctica.
Para nuestra manualidad necesitamos
- Revistas. Puede ser cualquiera, lo que importa en que tengas fotos de personas
- Tijeras para niños
- Una barra de pegamento
- Hojas de papel en blanco
- Lápices de colores
Dependiendo de la edad de los niños, los recortes los realizarán ellos o, si son muy pequeñitos, puedes encargarte tu de ir cortando las diferentes partes del rostro que encuentres en las revistas.
Una vez que terminen con los recortes, junta en montones separados (puedes utilizar cajas pequeñas) las diferentes partes. Así podrán ir sacando lo que necesitan en el momento preciso.
Dibuja la forma de un rostro en la hoja en blanco. Si los niños ya son capaces de hacerlo, deja que ellos se encarguen. En los más chiquititos puede ser complicado.
Ahora, deja que ellos elijan cada parte del rostro y la vayan colocando en el lugar que crean correcto. No les sigas que está bien o mal, ellos imaginan y crean. Los niños no discriminan por colores o proporciones.
Una vez que han situado las partes recortadas sobre el rostro, ayudarlos a pegarlas utilizando una barra de pegamento no tóxico.
Haz una pausa y pide que te describan el rostro que crearon (sirve para que practiquen su forma de expresar), pregúntales si la persona está feliz o triste o qué está haciendo en ese momento.
Pintando
Si quieres, aprovecha de darles un snack o un periodo de juego libre. Cuando ya estén nuevamente inquietos, volvemos a sacar las hojas con los rostros y nos disponemos a pintar pelo o detalles.
Deja que imaginen; un rostro puede tener bigotes como el del abuelo, cabello largo como el de mamá o pecas como su hermano. Pintando, se mantendrán entretenidos al menos unos diez o quince minutos.
Al terminar, felicítalos por su trabajo y como orgullosos artistas, pueden pegar sus obras en algún lugar de la casa, para que el resto de la familia las admire.
Como ves, una manualidad muy fácil de hacer y que no requiere mayor gasto, ya que utilizamos cosas que tenemos normalmente en casa. Recuerda juntar revistas, te serán muy útiles en esos días donde no sabes qué hacer con los pequeñitos.