El juego, es una de las instancias más ricas de la infancia y, a través de la cual aprender a desarrollarse como personas. Cualquier cosa sirve para iniciar un juego, no importa si fue creado con ese propósito.
En el parque, la escuela o familia, se suele dirigir el juego de los chicos desarrollando actividades. Si bien es excelente para pulir algunas habilidades, los niños necesitan jugar sin reglas ni estructuras.
Qué es el juego no estructurado
El juego no estructurado o libre, es aquel donde no ha reglas o injerencia adulta (a menos que sea necesario). Es el o los niños, quienes construyen su juego en base a su imaginación.
Para un chico una caja es una castillo y, una varilla de madera una espada; un árbol puede ser una casa y, pequeñas piedras una pista de obstáculos. Los juguetes son un invento más o menos reciente, ya que por miles y miles de años no se necesitaron.
Todo lo que los chicos requieren para jugar es imaginación, ya que está en ellos darle un rol a cualquier cosa que encuentran. A veces, basta una mirada cómplice entre dos niños para armar una tarde de juegos genial.
Cada vez, los niños tienen una infancia más estructurada: Van a la escuela, luego tienen actividades deportivas y, después, cierta cantidad de tiempo para hacer la tarea o ver TV.
El exceso de estructura, va en contra del espíritu libre de los niños. No es malo que tengan horarios y actividades fijas, pero parte de su tiempo debe ser libre, sin intervención ni planeamiento.
El juego libre en la naturaleza
El lugar donde el juego libre suele desatarse, es en el jardín de casa, un parque o lugar recreativo al aire libre. Los chicos tienen espacio para correr, probar sus fuerzas y habilidades, además de conocer a sus pares.
Los parques con juegos infantiles, son cada vez más estructurados y, cada implemento, tiene sus instrucciones de uso. Muchos chicos se aburren de lanzarse por un tobogán y quieren aventura extra, lo que no tiene nada de malo.
Mira el lugar y, si no ves peligros graves, deja que tus hijos exploren y experimenten jugando con la naturaleza. Los padres suelen ser sobreprotectores. Es normal que un niño quiera trepar a un árbol y, si vemos que va de acuerdo a sus habilidades motrices, ni habría porque impedirlo, solo estar atentos.
Deja que tus hijos se armen a si mismos como personas creativas, energéticas y con una rica vida interior. Total, tienen estructura y la seguirán teniendo cada vez más a medida que crezcas.