Seguro que conoces a más de un niño que debe decir que no cuando le ofrecen un helado o yogurt, ya que sufren de una condición cada vez más común. Se trata de la intolerancia a la lactosa.

En general, se trata de un problema que comienza a presentarse en la etapa preescolar pero que, por suerte, puede tratarse y, en muchos casos, solucionarse por completo.

Qué es la intolerancia a la lactosa

A diferencia de lo que muchos creen, la intolerancia a la lactosa no es una alergia a la leche, sino un problema para digerir uno de sus componentes llamado lactosa, que es el azúcar que tiene la leche de forma natural.

La mayoría de nosotros, tiene una enzima estomacal denominada lactasa, encargada de digerir la lactosa. Quienes sufren de intolerancia, no tienen esa encima o la poseen en cantidad insuficiente.

Las personas que sufren de intolerancia a la lactosa, desarrollan una serie de molestias luego de consumir lácteos, las que van desde dolores estomacales a diarrea, gases e inflamación estomacal.

Existen exámenes para detectar si un niño es intolerante a la lactosa ante la sospecha del pediatra. Una vez confirmada, se toman una serie de medidas.

Alimentos para intolerantes a la lactosa

Existen en el mercado, una serie de lácteos modificados para estar libres de lactosa o tenerla en muy bajas concentraciones. Hoy, es posible encontrar leche, helados, yogurt y quesos especiales para quienes sufren intolerancia a la lactosa.

Además, los lácteos pueden sustituirse por alternativas que son nutricionalmente equivalentes, como la leche de soya, lácteos fermentados, leche de cabra, etc.

Quiénes sufren de intolerancia a la lactosa

Es una condición que puede afectar a cualquier persona; desde niños pequeños a adultos y puede presentarse en cualquier momento de la vida. Es común que en la adultez, la gente tenga menos tolerancia a consumir lácteos.

En el caso de los niños, los casos de intolerancia a la lactosa suelen ser más comunes en los mayores de 5 años, aunque algunos la padecerán a partir de sus primeros veces de vida, pero se trata de casos aislados.

Tratamiento para la intolerancia a la lactosa

El tratamiento para aquellas personas intolerantes a la lactosa es simplemente eliminarla de su dieta, pero existen casos en que los niños logran superar el problema luego de algunos años.

A veces, se hace necesaria una intervención mayor por parte del pediatra, si es que se detecta que el chico no está consumiendo todos los nutrientes que necesita, por lo que suplementa su alimentación con vitaminas y minerales especiales.

En los últimos años, se han estado probando métodos para superar la intolerancia a la lactosa en niños. A través de un programa supervisado por médicos, los niños reciben dosis muy pequeñas de lactosa de forma controlada y, cada cierto tiempo, se incrementa la cantidad.

De esa manera, se espera que el cuerpo comience a producir la enzima lactasa poco a poco y, con el paso del tiempo, los chicos pueden consumir lácteos de forma normal. En varios casos, el tratamiento ha sido exitoso.

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