Si pones a dos bebés de un año lado a lado, es posible que se miren, incluso toquen y luego continúen con lo que estaban haciendo. A esa edad, todavía no están listos para actividades conjuntas.
Entre el año y dos años de edad, los pequeños realizan el llamado Juego Paralelo. Disfrutan de realizar actividades en el mismo lugar y tiempo, pero no interactúan mediante el juego conjunto.
Juego Paralelo
Los niños pequeños se ven fascinados por otros bebés o niños de su edad, pero todavía no aprenden a relacionarse como pares, aunque pareciera que si lo hacen. Esa interacción, se llama Juego Paralelo.
Los niños, son egoístas por naturaleza y, por eso, les es más fácil las relaciones verticales, donde sólo reciben y no tienen que dar. La relación de par, es horizontal y por eso más complicada.
Dos pequeños en una caja de arena, quizá tomen juguetes similares o imiten lo que hace el otro. Es una primera etapa de socialización y, hacia los dos años, comienza el juego integrado.
Que los bebés no jueguen juntos, no significa que no hacen nada. Igual están aprendiendo del otro, si uno llora, tenderán a imitarlo y a estudiar sus reacciones. Lo importante, es que se den cuenta que, personas de su mismo porte, son realmente gente con la que se puede interactuar.
A medida que van madurando y se ven como una persona totalmente independiente del resto, comienzan los primeros intentos de juego colectivo, que no está estructurado por adultos.
La importancia del juego paralelo
Es importante que nuestros pequeños comiencen desde temprano a reconocer a otros chiquitos de su edad, mayores y menores; les abre un mundo diferente y, a medida que crezcan, irán creando relaciones, ya con una base.
A través del juego paralelo, el niño se pone frente a frente con otros de su edad. Como recién se está descubriendo como persona independiente, es difícil que vea así a otros de su tamaño.
Mediante el juego paralelo, el pequeño observará a los otros e irá comprendiendo la existencia de los pares. Puede ser que en un principio sólo de una mirada para luego volver a sus asuntos, pero con el tiempo querrá jugar con el mismo objeto o imitar al compañero.
Ya llegando al año y medio de edad, la relación se hace más cercana y, recién a los dos o tres años podemos hablar de juego conjunto, ese que nace espontáneamente entre dos niños y que va haciéndose cada vez más complejo.
Un niño que estuvo expuesto a pares desde temprano, sentirá más seguridad al estar rodeado de otros bebés de su edad. Si el pequeño tiene hermanos mayores, puede hacérsele más fácil.
El juego paralelo es muy importante y, además, ofrece un espacio para que los padres compartan entre si, ya que ellos también están viviendo la misma etapa y preparándose para lo que sigue.