El primer año de vida, trae grandes desafíos para bebés y padres, por lo que encontrarnos con que existe algún problema de salud puede parecer desolador. Lo cierto, es que hay condiciones bastante comunes y que tienen solución si se sigue el tratamiento adecuado.
Una de ellas es la displacía de caderas, una afección bastante común y que se suele detectar a los 3 meses de vida, mediante un examen que se le realiza a todos los bebés. El pronóstico es bueno en la mayoría de los casos y lleva a una completa recuperación.
Qué es la displasia de caderas
La displasia de caderas, se produce cuando la cabeza del fémur no logra insertarse con normalidad dentro de la pelvis, producto de una malformación que no permite mantenerles juntos.
Suele darse más en niñas que niños y se trata de una condición congénita, que se da en la etapa del desarrollo fetal. Si se trata a tiempo, antes de que el niño comience a caminar o gatear, el pronóstico es bueno.
Cómo se detecta la displasia de caderas
Dependiendo de su severidad, la displasia puede ser detectada por el pediatra a simple vista durante un examen físico o a través de una radiografía o ecografía de la pelvis.
A simple vista, los bebés que sufren displasia muestran una asimetría en los pliegues de los ambos muslos. Alrededor de los tres meses de edad, los pediatras realizan un examen e incluso si no hay problemas a primera vista, es rutina el pedir un examen radiológico para estar seguros.
La displasia de caderas es 7 veces más frecuente en las niñas que en los niños. Además, si un bebé la tiene, es problema que alguno de sus hermanos o hermanas también nazcan con ella.
En los casos más severos, la displasia puede diagnosticarse al momento del parto, cuando se separan las piernas del recién nacido para examinarlo.
Tratamiento
La displasia de caderas, se trata de forma no invasiva en la gran mayoría de los casos. Para ello, se utilizan distintas técnicas destinadas a mantener las piernas y caderas del bebé en la posición correcta.
En los casos más leves, se usa una especie de paño que se amarra por sobre el pañal del bebé. Si la displasia es mayor, se usan arneses o cojines especiales. Sólo en los casos más graves, se llega a una cirugía.
Pronostico
Si se detecta a tiempo, antes de los 8 meses de edad, la displasia de caderas sólo será un mal recuerdo para los padres, ya que suele corregirse en un 100%, sin dejar ningún tipo de secuelas.
En caso de detección y tratamiento tardío, la articulación puede dañarse y provocar problemas al caminar, cojera y artrosis, debido al desgaste irregular de ambas caderas.
Consejos
Lleva a tu bebé a sus controles pediátricos de rutina y, si el médico no habla o sugiere un examen para detectar la displasia, menciona que desearías descartar el problema. Esto es especialmente importante en el caso de las niñas o bebés con antecedentes familiares de displasia.
La displasia de caderas no es el fin del mundo y la mayoría de los bebés que la padecen crecerán sanos y fuertes, sin ninguna consecuencia a largo plazo.