Cada vez son más los niños diagnosticados con déficit atencional, la mayoría de las veces unido a hiperactividad y, no son pocos los profesionales que deciden tratar a chicos pequeños con medicamentos.
Si bien hay niños que si necesitan el medicamento, la mayoría puede beneficiarse con otros tipos de tratamiento, sobre todo si no han empezado o recién están comenzando su etapa escolar.
Terapia con psicopedagoga
La psicopedagoga, es especialista en los trastornos del aprendizaje y, el déficit atencional es uno de ellos, ya que no permite que el niño esté atento para absorber la información que les entregan los maestros.
Estos profesionales, saben bien cómo lidiar con niños con déficit atencional o hiperactivos y muchos neurólogos trabajan en conjunto con ellos, combinando terapias.
Durante la primeras sesiones, el terapeuta querrá conocer no sólo al chico sino que también a la familia, ya que el trabajo se hace tanto en la consulta como en casa. Unidos, se buscarán estrategias para que el niño pueda controlar su problema y, nosotros aprenderemos a ayudarle.
Es muy probable que la psicopedagoga también quiera reunirse con los maestros o encargados del colegio, para elaborar un plan. Si ven que nuestro niño se está distrayendo, ofrecerle una nueva actividad puede ayudarle a seguir activo en su aprendizaje.
Muchas veces, se recurre a terapias de grupo con otros niños con problemas similares, utilizando juegos y enseñándoles a interactuar y funcionar en conjunto, desarrollando estrategias de forma lúdica y que luego transmiten en su relación con los chicos de la escuela.
Comida
Acá entramos a un área que quizá sea poco conocida pero, que en experiencia de muchas madres, es efectiva. La comida que ingieren los chicos, puede convertirse en un estimulante que les hace todavía más activos.
Lo ideal, es evitar aquellos alimentos que ya vienen manufacturados, que por lo general están llenos de saborizantes, conservantes y colorantes. Se cree que los colorantes pueden tener un efecto adverso sobre los niños hiperactivos y con problemas de concentración.
Lo ideal sería preparar cada comida de cero; es decir, si les damos puré, moler nosotras mismas las papas y prepararlas. Puede significar más trabajo, pero las diferencias se notan a corto plazo.
Lo ideal es preferir alimentos orgánicos; son costosos y, de ser posible, prefiere aquellos que estén en oferta o no disten mucho del precio normal.
De más está decir que hay que evitar alimentos que de por si son estimulantes: Bebidas con cafeína (coca cola), demasiado azúcar, etc. No todos los chicos reaccionan igual, trata de llevar un diario con lo que comió y los cambios de comportamiento.
No todos los niños pueden evitar los medicamentos, un porcentaje de chicos los necesitará, pero siempre en conjunto con otras terapias. La mayoría logra superar el problema en la adolescencia, así que apóyalo y ayúdale a tener una etapa escolar lo más normal posible.