Si cuando nuestros niños eran pequeños, nos desesperaba ver que se despertaban a primera hora los fines de semana, mientras nosotros soñábamos con dormir un poco más, al llegar a la adolescencia la cosa cambia.
Si le preguntan a cualquier padre de adolescente, cuánto les cuesta que sus hijos salgan de la cama los fines de semana (o cualquier día), les contarán que es una tarea digna de misión imposible.
Los adolescentes están en una etapa en que dejan de ser niños y crecen casi de golpe en el camino para transformarse en adultos. Ellos, tienen hábitos de sueño bastante diferentes a los de un pequeño, pero ¿Cuánto necesitan dormir?
El sueño en los adolescentes
El cerebro de los adolescentes y, su cuerpo, están pasando por fuertes cambios y, es durante el sueño, cuando el cuerpo destina la energía a la tarea de crecer.
Según la fundación nacional del dormir en los Estados Unidos, los adolescentes necesitan 9 horas y media de sueño.
Si comparas con lo que duerme tu hijo de 10 años, el cambio no es mucho, pero a diferencia de los más chicos, el cerebro del adolescente interpreta las señales del cansancio de forma diferente.
Eso quiere decir, que no se van a la cama apenas se pone el sol, con ciclos de vigilia que pueden ser mucho más largos, teniendo la capacidad de estar despiertos por mucho más tiempo.
Un adolescente no tendrá problemas para estar despierto hasta las 2 de la mañana, pero su cuerpo le va a cobrar el cansancio, haciéndole dormir hasta más tarde, buscando completar todo el tiempo que necesita.
Por cosas propias de la edad y, la búsqueda de nuevas cosas e intereses, es común que nuestros adolescentes se vayan a la cama tarde, incluyendo las noches de escuela, por lo que despertarlos al día siguiente es complicado.
Hábitos de sueño saludables en los adolescentes
Si les inculcamos una rutina de sueño desde la niñez, será más sencillo que los adolescentes duerman lo necesario dentro de un horario razonable, pero si recién reconocemos esa necesidad, tendremos mucho trabajo por delante.
Un adolescente que no duerme lo suficiente, estará demasiado cansado al día siguiente para poner atención en la escuela o realizar las actividades propias de la edad.
Al igual que los preescolares, un adolescente que no durmió la suficiente estará irritable, se molestará con facilidad y tendrá problemas con amigos, profesores y familia.
Habla con tu hijo y proponle armar un horario de sueño. No es sencillo razonar con ellos, pero el crear un diario en donde escriba la hora en que se durmió, despertó y sus actividades, les ayudará a ver los beneficios del dormir bien.
A veces, el chico puede irse a la cama a una buena hora, pero su cuarto tiene tantas distracciones que se les hace difícil dormir bien. Su habitación debe estar libre de computadoras, televisores y, teléfonos y tabletas, deben ser guardados en otro lado.
Establece compromisos y ocúpate de que coman un saludable desayuno. A esa edad, comienzan a utilizar la cafeína como una ayuda para mantenerse despierto, pero no es bueno para ellos.
Un adolescente que duerme bien, es un chico dispuesto a enfrentar mejor el día, aprovechando la energía y ganas propias de la edad, mientras sigue su camino para convertirse en un adulto.