Cuando sospechamos que nuestro hijo tiene fiebre o, queremos medir el progreso de su temperatura corporal al estar enfermo, utilizamos un termómetro. El mercado ofrece varios pero ¿Cuál y cómo usarlos?
Tipos de termómetro
A la hora de tomar la temperatura, los padres tienen a su disposición diferentes tipos de termómetros, que varían tanto en precio como en modo de uso y efectividad. Los más comunes son:
- Termómetro digital simple: Termómetro con punta metálica que se utiliza para medir la temperatura axilar, bucal o rectal del niño. Debe desinfectarse después de cada uso y, si se utiliza de forma rectal, dejarlo sólo para esa vía. Es el más económico de todos.
- Termómetro para oreja: Rápido y bastante certero, el termómetro para oreja suele funcionar bien en niños algo más grandes, ya que los oídos del bebé son muy pequeños para insertar bien el sensor de temperatura, especialmente si tienen una infección en la zona.
- Termómetro digital de chupete: Similar a un chupete o a la boca del biberón, es muy útil con bebés, ya que el succionarlo los calma a la vez que mide la temperatura de manera bastante veloz.
- Termómetro infrarrojo para la frente: Este termómetro, se coloca sobre la frente del niño y, mide la temperatura de acuerdo a la que muestra la arteria temporal para pasa por esa zona de la cabeza del pequeño. Son rápidos, pero requieren que el chico se quede quieto.
Cómo utilizarlos
Antes de ver la mejor forma de usarlos y, la edad adecuada para cada uno, es importante indicar que se recomienda no utilizar los antiguos termómetros de mercurio, ya que en caso de romperse, el metal puede ser ingerido o inhalado.
El más versátil, es el termómetro digital común, ese con forma de barra y punta de metal. Si bien solemos usarlo en la axila, entregan resultados más certeros en la boca o recto.
En el caso de los bebés, se suele medir la temperatura rectal. Usa termómetros diferentes de acuerdo a la forma en que tomas la temperatura (rectal, oral, etc).
El de oreja, funciona de manera muy similar al digital común, pero es más rápido y sus mediciones más exactas. Sólo se introduce la punta en la entrada de la oreja del niño por unos segundos. Eso si, puede resultar molesto para chicos con infecciones en los oídos y bebés.
El de chupete es el más cómodo para los padres y bebés, aunque si el pequeño se siente mal o está muy inquieto, no querrá dejárselo dentro de la boca. Suele ser más caro.
Finalmente, el infrarrojo es el más tecnológico y simple de usar en niños pequeños y grandes, ya que sólo basta acostarse con la cabeza quieta por unos segundos, con resultados muy certeros. Eso si, puede resultar mucho más costoso que los otros.
Consejos
Utiliza vaselina para hacer más sencilla y cómoda la inserción del termómetro al utilizarlo vía rectal
Cuando uses un termómetro oral, ponlo bajo la lengua del niño y espera hasta que termine la lectura de temperatura
Recuerda limpiarlo después de cada uso de acuerdo a las instrucciones, evitando traspasar enfermedades.
Consulta al pediatra por el mejor para tu hijo y lee bien el manual de tu termómetro antes de usarlo.
Al informar al médico o enfermera, ya sea por teléfono o de forma presencial acerca de la temperatura de tu hijo, índica cómo la tomaste (boca, rectal, axilar, etc) y el tipo de termómetro, ya que las lecturas varían.