En Estados Unidos y, también otros países, incluyendo algunos europeos, el sarampión, una enfermedad que creíamos erradicada, está volviendo con una gran cantidad de casos.
Tan sólo en Norteamérica se registran más de 85 casos sólo en 2015, se cree que el primer contagio se dio por alguien enfermo en Disney. Es que el Sarampión es extremadamente contagioso, incluso antes que aparezcan los síntomas.
Qué es el sarampión
El sarampión es una enfermedad viral que afecta a gente de todas las edad, pero es más peligrosa en niños pequeños, personas mayores o con problemas de inmunidad.
Se caracteriza por la aparición de sarpullido en el cuerpo, el que a veces también se da de forma interna. No existe tratamiento específico para el sarampión, por eso es importante prevenir mediante la vacunación.
Si bien la mayoría de los casos no pasarán a mayores, el sarampión puede causar desde problemas neurológicos y respiratorios a largo plazo hasta la muerte en unos pocos casos.
Esta enfermedad destaca por ser altamente contagiosa, basta con estar en el mismo lugar que un enfermo, pese a que este aún no muestre síntomas, lo que es muy grave en aquellos que no han podido ser vacunados, ya sea por edad, problemas inmunitarios o porque sus padres no están de acuerdo.
El sarampión puede llegar a un país por parte de un turista o, alguien que se haya infectado estando de viaje, lo que no era problema antes, ya que la población se protegía por las altas tasas de vacunación, en lo que se conoce como inmunidad comunitaria.
Como han bajado los indices de vacunación, se pierde la inmunidad comunitaria, esa que protegía a los bebés o personas con cáncer o problemas inmunes, las que ahora pueden contagiarse y hasta morir.
Vacuna contra el sarampión
La vacuna contra el sarampión existe y está dentro de los calendarios de vacunación de todos los países. No es posible enfermar por el sólo hecho de vacunarse y, se ha demostrado que la vacuna no causa autismo ni está relacionado con éste.
Justamente la idea incorrecta de que las vacunas causan autismo, son las que han llevado a que los padres no vacunen a sus hijos, los que no sólo están en riesgo, sino que ponen a otros niños en peligro.
Hace un par de años, un niño no vacunado que tenía sarampión y, antes que aparecieran sus síntomas fue a un parque, contagió a una bebé demasiado pequeña para vacunarse. Si bien el niño se recuperó sin secuelas, la bebé murió.
Si no estás vacunado contra el sarampión o tienes dudas, lo mismo en el caso de los chicos, consulta a tu médico. Los adultos pueden recibir esta vacuna de forma efectiva y, en caso de que el sarampión llegue fuerte al país, se empieza a vacunar a los bebés más temprano, sobre todo si pueden haber estado expuestos. Si tuviste sarampión cuando niño, ya eres inmune.
Si no has vacunado a tu hijo, habla con el pediatra sobre tus razones y deja que él despeje tus dudas. La vacuna puede salvar su vida o la de otros niños.