Nunca es demasiado temprano para enseñar a nuestros niños las ventajas de la actividad física y, en le caso de los bebés, la natación es el primer acercamiento a la posibilidad de moverse de forma autónoma en un medio que les será agradable.
Seguramente haz visto en TV a bebés que disfrutan del agua. Cada vez es más común que piscinas ofrezcan clases para bebés, quienes entran al agua en compañía de sus padres, siendo una actividad beneficiosa para ambos.
Cuándo comenzar en la piscina
Un buen momento para comenzar su acercamiento a la alberca es alrededor de los 4 ó 5 meses de edad. Se trata de una actividad recreativa y de relajación y no de clases de natación.
Muchos centros acuáticos ofrecen cursos especiales para bebés, guiados por instructores expertos. Las piscinas están especialmente acondicionadas para cuidar la salud del niño.
A esa edad, se hace un primer acercamiento al agua en sesiones cortas. No esperes que tu bebé aprenda a flotar o a desplazarse, sino que la idea es que disfruten de un ambiente agradable en donde podrán patalear y moverse con mayor facilidad.
El bebé debe entrar siempre al agua con su madre, padre o cuidador y nunca dejarlo solo. El uso de flotadores o chalecos salvavidas, no constituyen ninguna medida de protección e incluso pueden resultar peligrosos.
Con el paso de las lecciones y, si el bebé se siente cómodo, pueden empezar a intentar que flote por sobre su espalda, siempre poniendo las manos bajo su cuerpo, evitando que se hunda.
Cómo elegir un lugar
Si quieres tomar una clase de nado junto a tu bebé, es importante elegir el lugar correcto, considerando tanto el personal como también las instalaciones.
- Es necesario que se trata de una piscina o alberca climatizada, ya que los bebés no tienen la capacidad de ajustar fácilmente la temperatura de su cuerpo ante cambios de temperatura.
- La alberca, debe ser cubierta, evitando que el sol caiga por sobre los bebés
- Lo idea, es escoger un lugar que utilice filtros de ozono para el agua y muy poco cloro, ya que es nocivo para la piel de los bebés.
- Debemos fijarnos de que las lección sea personalizada y no haya más de cinco parejas (padre-bebé) por instructor.
- Las instalaciones, deben contener áreas especiales para limpiar la piel de nuestro bebé con agua tibia, mudarlo y alimentarlo.
Precauciones en el agua
- Por más que se crea que los bebés pueden sumergirse sin problemas, tragar aunque sea un poco de agua puede ser perjudicial. Los bebés no deben sumergirse.
- Al salir de la alberca, dale una “ducha” a tu bebé para remover los químicos del agua de su cuerpo.
- Las lecciones no deben superar los 15 minutos y, siempre debemos hidratar al bebé, ya sea amamantándolo o dándole un biberón con leche o jugo.
Es muy importante señalar que un bebé no va a aprender a nadar y que, estas lecciones son sólo una iniciación y forma de relajo para padres e hijos. Un bebé o niño pequeño, requiero supervisión en todo momento.