Estar embarazada, supone una serie de cambios en el cuerpo de la mujer, los que a veces pueden llevar a complicaciones médicas que, con el cuidado necesario, no serán más que un mal recuerdo.
Alrededor de un tercio de las mujeres desarrolla anemia durante su embarazo. Se trata de una condición muy simple de detectar y tratar, por lo que siempre es bueno realizarse chequeos para evitar problemas
Qué es la anemia prenatal
En palabras simples, se trata de falta de hierro en la sangre, lo que provoca una disminución en los glóbulos rojos, encargados de transportar oxigeno y nutrientes, tanto a la madre como al bebé a través de la placenta.
Durante el embarazo, el cuerpo requiere una mayor cantidad de hierro, ya que el volumén de la sangre aumenta notablemente y se necesitan los nutrientes básicos para asegurar que la salud de la madre esté bien y el bebé reciba todo lo necesario para crecer sano.
Cómo se detecta al anemia en el embarazo
Lo más común, es que el médico detecte la presencia de anemia en exámenes rutinarios que se realizan durante las diferentes etapas del embarazo, ya que muchas mujeres confunden sus síntomas con otras señales propias de la gestación.
Algunos de los síntomas clásicos de la anemia gestacional, son:
- Mareos
- Palidez
- Taquicardias
- Cansancio
- Problemas para respirar
Si tienes alguno de esos síntomas, hazlo saber a tu médico
Tratamiento de la anemia gestacional
En la gran mayoría de los casos, la anemia en el embarazo se trata con el consumo de suplementos de hierro y vitaminas, junto a cambios en la dieta. Los médicos y nutricionistas, son los encargados de elaborar un plan especial para cada mujer.
Existen una serie de alimentos que se deben consumir durante el embarazo y ayudan a tratar o prevenir al anemia.
- Carnes rojas
- Carnes de ave
- Legumbres
- Pasas
- Higos
- Soya
- Pan y cereales integrales
- Brócoli
Efectos sobre la madre y el bebé
De no tratarse de forma adecuada, la anemia puede traer una serie de consecuencia, tanto en el desarrollo del embarazo como también al bebé en gestación.
Las mujeres que padecen de anemia durante el embarazo, tienen mayores posibilidades de tener un parto prematuro. En tanto, puede ser que el bebé no logre crecer de forma adecuada y tenga baja talla y peso al nacer.
Quienes padecieron de anemia durante el embarazo, tienen mayores probabilidades de sufrir depresión post parto y, los bebés de madres anémicas, pueden desarrollar anemia en su infancia.
La recomendación va a comer bien y realizarse todos los controles médicos necesarios, para asegurar un embarazo saludable.