A medida que los niños van creciendo ganan más independencia y, mamá y papá ya no están con ellos en todo momento. Los adolescentes, pasan mucho tiempo con sus amigos y, por ende, requieren de cierta cantidad de dinero para sus gastos personales.
No hay una regla establecida acerca de cuánto dinero darle a un chico y también hay que tomar en cuenta la situación económica de la familia. Por más que podamos entregar lo que deseen, es necesario que aprendan a valorarlo.
Los primeros años de la adolescencia, son el momento ideal para que los jovencitos aprendan el valor del dinero y la mejor forma de manejarlo. Según la legislación del país, también es el tiempo para comenzar a trabajar.
Dinero : Cuánto y para qué
Tal como un adulto, los jóvenes tienen gastos básicos como transporte, alimentación cuando están fuera de casa, ocio, etc. Cuando eran niños, nosotros lo cubríamos ya que estaban siempre con un adulto, pero ahora son ellos los que deben manejar dichos gastos.
Lo que recomiendo, es sentarse con el adolescente y hacer juntos un presupuesto ítem por ítem. Así, tendremos una mejor idea del dinero básico que necesitan. Dependiendo de cada familia, estará la posibilidad de darle o no un extra.
Si el joven quiere fondos para cosas que no consideramos necesarias, llega la hora de buscar alternativas, por más que estemos en las condiciones económicas de suplirlas.
Se puede pedirles que hagan trabajos extra para la familia, con extra me refiero a fuera de sus obligaciones normales en casa. Pueden ir desde pintar la cerca a ordenar y clasificar esa pila interminable de cosas en el sótano.
También está la posibilidad de trabajar fuera del hogar
El primer trabajo de los adolescentes
Recibir dinero después de esforzarnos en nuestro empleo, es muy satisfactorio y también lo será para un adolescente que está en condiciones para hacer su primera incursión en el mundo laboral.
No todos los jóvenes puedes o deben trabajar. Si nuestro hijo de 14 años es responsable y tiene buenas calificaciones, si puede comenzar a trabajar algunas horas a la semana, sin interrumpir su tiempo de estudio y descanso.
Al contrario, si tenemos un hijo de la misma edad que tiene malas calificaciones o consideramos que aún no está maduro, su entrada al mundo laboral debe atrasarse. En todos los casos debe quedar claro que la escuela va primero y que los adolescentes aún necesitan más tiempo de descanso que un adulto.
El trabajo, debe estar relacionado con sus capacidades y nivel de responsabilidad. Además, requiere que tanto él como tu se responsabilicen. Existen una serie de reglas para los menores de edad que trabajan y que varían según país, con la idea de proteger su integridad y asegurar un buen desarrollo.
Lo más probable es que el primer sueldo se vaya en un par de días pero, con el tiempo, aprenderá a manejar su dinero y estará preparado para los desafíos monetarios y laborales que le deparará el mundo adulto.