Alrededor del mundo, todos los días hay un grupo de chicos que se levanta con miedo de ir al colegio y sufrir en manos de sus pares. El bullying no es “cosa de chicos”, sino que un problema grave.
El bullying, también conocido como acoso escolar no es algo nuevo, pero por fin se le reconoce como una realidad peligrosa, que provoca una serie de consecuencias en los niños y adolescentes.
El acoso escolar se puede dar de diferentes formas; desde sobrenombres desagradables a golpes, humillación y aislación social. Cuando se repite día a día, resulta en una situación insoportable.
El acoso escolar
Cada vez el bullying comienza a más temprana edad, incluso en el jardín de infancia. Los padres y maestros suelen pensar que es algo normal, muchas veces escuchamos la frase “los niños son crueles,” pero no hay nada normal en pasar la niñez siendo victima de quienes deberían ser sus pares.
Las victimas del acoso escolar, tiene miedo de hablar, ya sea por que están amenazados o porque no desean ser catalogados como débiles o, peor, convertirse en soplones. Por eso, hay ciertas señales que los adultos podemos detectar para saber si nuestro chico es victima de acoso escolar.
Señalan de las víctimas de Bullying
- El niño cambia su comportamiento
- Niño retraído
- Busca razones para no ir a la escuela
- Presenta golpes o heridas que no tienen explicación
- Se excluye a si mismo de actividades extra escolares
- Presenta baja autoestima
- Se nota estresado
- Está irritable sin razón aparente
- Pierde con frecuencia sus cosas (se las quitan)
- En niños pequeños, podemos ver regresiones (se orinan en la cama, tartamudean, etc)
Los padres, serán capaces de detectar que el niño cambia su comportamiento y en momento de intervenir.
Qué hacer si nuestro hijo es víctima de acoso escolar
Una conversación con el chico debe ser la primera medida y, por ningún motivo, hay que hacerle sentir que es su culpa o que debería haber hecho algo para intervenir. Los padres, son la voz del chico ante las autoridades de la escuela.
Después de hablar con el niño, es momento de acudir a la escuela. Primero, pide hablar con su maestro y, si ves que no toma medidas, sigue escalando con preceptores o incluso el director, hasta que sientas que se toman las medidas necesarias.
Nuestro chico puede requerir tratamiento sicológico para recuperar su autoestima y un cambio de ambiente también puede ser bueno. Todo depende del nivel de trauma.
Algo importante a señalar, es que nunca debemos enfrentar al agresor o sus padres directamente, sino que seguir los conductos regulares.
La gran mayoría de las escuelas tiene un programa para tratar el acoso escolar y, si las agresiones son reiteradas y ponen en peligro a nuestro hijo, siempre está la posibilidad de denunciar los hechos ante las autoridades.
Si se toman las medidas necesarias, nuestro hijo podrá recuperarse. Un niño que sufrió bullying y nunca fue escuchado, llevará las marcas toda su vida. Tomemos en serio en acoso escolar, para evitar que millones de chicos sigan viviendo una pesadilla.