Gritos, llanto, patadas en el suelo….Esos son solo algunas de las cosas que vienen con los berrinches que suelen realizar los chicos, esperando salirse con la suya y no son pocos los padres que terminan cediendo.
Seguro que cada vez que vas al supermercado o centro comerciales, ves a varios niños haciendo alguna rabieta a sus padres y lo peor es que algunos logran conseguir lo que desean.
Porqué los niños hacen berrinches
Las rabietas son normales y es la forma en que el niño busca lograr la atención de sus padres de forma negativa. A los dos o tres años, los chicos expresan de esa manera su descontrol ante alguna situación.
Una rabieta puede tener varias causas; enojo, cansancio, frustración. De tratarlas de forma adecuada, los berrinches no serán más que una etapa común del crecimiento pero, si cedemos ante los niños, se seguirán repitiendo por años.
Los pequeños, quizá sin saberlo, son los mejores manipuladores del mundo y resistirnos a su ternura y aparente sufrimiento es muy difícil. Los niños, se dan cuenta de ello y lo aprovechan para obtener lo que desean.
Los padres o cuidadores necesitan ser firmes y tener una estrategia común para afrontar las rabietas. No sirve de nada si la madre los ignora y el padre o abuelos se levantan a consolarlos, el trabajo en equipo es muy importante.
Qué hacer ante las rabietas
Muchas veces los berrinches de los niños son dignos de película y, cuando son en público, nos sentimos juzgados por el resto de las personas. Lo importante es firmes y, con tiempo, las rabietas irán desapareciendo.
Algunos consejos para afrontar los berrinches son:
Dejar claro que es una conducta que no vamos a aceptar: Es difícil que el niño lo comprenda cuando está en pleno berrinche, pero igualmente debemos decirlo y luego repetirlo cuando ya termine.
Ignorar: No es necesario quedarse mirándolo, con eso vamos a conseguir que aumente el verdadero teatro que están haciendo. Si puedes, sal de la habitación y obsérvalo desde donde el no pueda verte.
Espera que se calme: No sacas nada con intentar reforzar el buen comportamiento en pleno berrinche, un niño no será capaz de escucharte y menos entenderte. Las rabietas tardan un tiempo en terminar, pero eventualmente el chico se cansa.
Después del berrinche: Una vez que termina, el niño estará agotado y no tendrá más ganas de seguir luchando. Ese el momento en que debemos hablar brevemente sobre lo que hizo y como estuvo mal.
Si el lugar donde tu hijo está haciendo su rabieta es peligroso o existe el riesgo que allí se haga daño, tómalo y llévalo a que haga su berrinche en otro lado.
Berrinches públicos
Cuando el berrinche es un lugar público, la cosa puede complicarse. Ignóralo, pero no lo dejes solo ni te alejes mucho. Si el niño está haciendo mucho escandalo, sácalo del lugar.
No cedas, después de una rabieta, ese helado que le compras normalmente no es merecido y debe tenerlo en claro. Si gana alguna vez, volverá a repetir lo mismo. Si entiende que le va mal con los berrinches, buscara estrategias más civilizadas.
Animo, las rabietas son desagradables, ya que sentimos que nuestro hijo está sufriendo, pero lo cierto es que está liberando su energía negativa y, una vez que el mismo logre retomar el control, será capaz de aprender a comportarse mejor.