Nos duele en el alma cuando nuestro pequeño se lastiman al caer o si se quejan de que la maestra les da demasiada tarea. Como padres, nuestro trabajo es protegerles, pero también enseñarles a afrontar las diferentes tareas, retos y dificultades que trae la vida.
Hoy, los padres son cada más protectores y tienen razón para serlo, ya que los peligros cambiaron. Pero hay una diferencia entre cuidar y sobreproteger; Ahí caen los llamados padres helicóptero.
Quiénes son los padres helicóptero
Padres helicóptero, es una término que se usa para describir a los padres o madres que están encima de sus hijos todo el tiempo, viendo que hacen y evitando todo tipo de actividad que acarree algún peligro. Vuelvan muy bajo por sobre las cabezas de los chicos, por eso se les da ese nombre.
Los padres helicóptero son aprensivos y ansiosos. En vez de acompañarles y prestarles asistencia de ser necesario, por ejemplo, para subir un tobogán en el parque, deciden que es demasiado peligroso y ellos mismos los levantan para llegar arriba o simplemente trepan ellos y se lanzan con el niño en las piernas, por más que el chico ya tenga las capacidad o edad para hacerlo por si solo.
El ideal de los padres helicóptero es evitar que los chicos sufran, pero el sufrimiento es parte de la vida, los chicos aprenden con la experiencia, sea buena o mala. Sin tomar algunos pequeños riesgos, no hay forma de ir adquiriendo habilidades importantes.
Cuidadoso v/s aprensivo
Las bicicletas son excelentes aliadas para la diversión y actividad física. Un padre cuidadoso, le enseñará a su hijo a montar la bicicleta, entregándole además un casco protector. Un padre aprensivo, quizá le enseñe a montar, pero sólo en el pasto, usando casco, coderas, rodilleras y limitando su uso.
Es imposible aprender a andar en bicicleta sin caerse, podemos evitar problemas mayores entregándoles un casco, pero si les protegemos demasiado no sólo les costará aprender, sino que será algo aburrido. Allí está la diferencia entre ser cuidadoso o aprensivo.
Los padres helicóptero, no sólo están siempre atentos de evitar cualquier caída o raspón, sino que son los primeros en saltar a defender a su niño ante cualquier tipo de conflicto o situación.
Si el niño tiene problemas con matemáticas, lo que hacemos normalmente es ir a hablar con su maestra, para saber cómo ayudarles. El padre helicóptero, culpará a la maestra de hacer todo muy difícil y estresante para su niño.
Cuidar sin sobreproteger
El mundo es un lugar más peligroso que cuando nosotros éramos niños, pero eso no quita que los chicos pueden disfrutar su infancia. Está en los padres, el aprender a cuidarlos sin coartar actividades que son importantes para su desarrollo o recreación.
El aislar a los niños por miedo a los demás, los convierte en personas con problemas para desarrollar actividades sociales. Un chico al que no se le permite andar en bicicleta o correr por el parque, tendrá mayores posibilidades de ser obeso. La clave está en acompañar sin aplastar su creatividad o curiosidad por probar cosas nuevas. Si nosotros estamos ansiosos, traspasaremos la ansiedad a los chicos.
Como padres, debemos buscar un equilibrio entre protección y libertad, no es nada fácil, pero se hace necesario, sobre todo cuando los peligros del día a día aumentan con la edad.
Cada etapa de la niñez y adolescencia es distinta y acarrea diferentes retos, tanto para padres como para hijos. Ayudarles a estar listos para enfrentarlos es clave, pero los que van a tener que aprender a caerse y levantarse, serán ellos. Nosotros, estamos para acompañarles y guiarles en el difícil camino que es crecer, dando una mano para levantarse después de cada tropezón.