El cuerpo de la mujer cambia mucho cuando se está embarazada y, la piel debe estirarse para dar cabida a un nuevo ser que requiere espacio dentro, no por nada muchas embarazadas sufren de estrías y varices.
¿Qué son las varices? Las varices, también conocidas como venas de araña por su forma, son venas que se dilatan tanto que se pueden ver e incluso tocar a través de la piel. De color azul o a veces púrpura, suelen aparecer en las piernas.
Varices y embarazo
La aparición de varices en el embarazo es bastante común (también puede pasar en cualquier momento de la vida) y, más allá de desagradarnos estéticamente, no deberían causar mayores problemas.
A diferencia de las estrías, las varices tienden a desaparecer una vez que nace el bebé y las cosas vuelven a normalidad en el cuerpo, aunque si las tenías desde antes, no esperes que el embarazo te las borre.
Las varices aparecen por la fuerte presión que se ejerce sobre las venas dado que el volumen sanguíneo del cuerpo crece mucho durante el embarazo, por lo que las venas deben dilatarse para permitir su paso.
Muy pocas veces las varices duelen, puedes sentir algo de comezón en la zona. El único peligro con las varices, es que se formen coágulos, lo que es muy pero muy poco probable, pese a ello es importante que mantengas tus piernas en movimiento.
Cómo evitar o tratar las varices
Si nunca tuviste varices, puede ser que las conozcas una vez embarazada. Una buena forma de prevenirlas o, detener su aparición, es manteniendo el cuerpo en movimiento. El ejercicio es importante, pero basta con caminar e ir cambiando de posición.
Si eres propensa a formas varices, mantén las piernas elevadas durante ciertos periodos de tiempo para darle una mano a tu cuerpo con ayuda de la fuerza de gravedad.
Un tratamiento más fuerte y que, por lo molestas que son, sólo se recomiendan si son muchas varices, es el uso de medias de compresión, que hacen exactamente lo que su nombre dice: Aprietan su pierna a más no poder, son muy similares a las que se utilizan en viajes largos para evitar las trombosis.
Una vez nacido el bebé, las varices deberían irse en un máximo de tres o cuatro meses, aunque siempre será útil usar estas medias de compresión.
Si no llegaran a desaparecer, tendrás que aprender a convivir con ellas o, eliminarlas mediante un proceso quirúrgico que tiene más que nada un fin estético en el caso de las varices provocadas con el embarazo.