Una afirmación que los niños dicen varias veces durante el año escolar ¡No quiero ir al colegio! Puede venir precedida de un par de bostezos, una enfermedad fingida, honestidad por un examen para el que no estudiaron o la verdad de que la sola idea de ir al colegio los pone mal.
La respuesta que damos en la mayoría de los casos es que, tal como los adultos van a trabajar, la obligación de los niños es estudiar y, cuando terminan, jugar. Con esa explicación y quizá una mala cara, la mayoría partirá a su jornada escolar. Pero qué pasa en otros casos.
¿Por qué no quieres ir al colegio?
Si el niño no quiere ir al colegio, es bueno preguntar por qué; quizá tuvo un conflicto con su mejor amigo/a, durmió mal anoche, no le gusta su maestra o quiere evadir una prueba o una tarea que no hizo.
Lo importante, mas allá de su negativa a ir al colegio, es que te digan con honestidad la razón por la cual no desean asistir, ya que muchas veces podemos ayudarles a solucionar ese pequeño problema o, encontrar que el chico tiene la razón y es mejor que se quede en casa.
En caso de conflictos con compañeros, hablen de qué pasó, cómo le hizo sentir y cómo le gustaría solucionarlo. Mediante la conversación, el pequeño/a puede ir generando una posible estrategia y enfrentar bien su problema.
Si no estudió para un examen o no hizo la tarea, estamos ante un problema de responsabilidad y deberán enfrentar el tema.
Pregunta por qué no la hicieron o no estudiaron y, elaboren un plan de estudio a futuro. Si es algo inusual en tu hijo, manda una nota a la maestra y pide un plazo extra o, que pueda repetir el examen bajo ciertas condiciones.
Un niño que durmió mal, algo que a los adultos también nos pasa de tanto en tanto, no va a rendir en la escuela. Si realmente está la posibilidad de que se quede en casa, es mejor que lo haga y se recupere. Eso no significa un día de TV y videojuegos, sino que puede estudiar una vez que haya dormido lo suficiente y así seguir con el ritmo académico.
Si esto se repite con frecuencia, lo mejor es que el pediatra evalúe el sueño de tu hijo y busquen la mejor opción a futuro.
Pasando al tema de la maestra, acá estamos ante algo más complicado. Trata de llegar al origen de por qué no le gusta la maestra, quizá es demasiado estricta o de verdad hay un conflicto entre los dos en que tu hijo, como alumno, sale perjudicado.
Un chico que no desea ir al colegio y, se ve angustiado ante el enfrentar el día escolar, puede estar pasando por una depresión, problemas de ansiedad o ser víctima de bullying. Estas cosas no las podemos dejar pasar. Habla con el o ella: Pide a tu pediatra una referencia a un sicólogo o psiquiatra infantil .
Si el problema es el bullying, habla con la escuela. El acoso que sufren algunos niños es realmente insoportable. Si la escuela no trabaja contigo o no quiere encontrar una solución satisfactoria, quizá sea momento de pensar en un cambio y que tu hijo o hija tengan terapia para ayudarles a crear mecanismos de defensa y subir ese autoestima dañado.