El Bullying está en boca de todos y, cómo no estarlo, si es un problema que nos afecta a todos, directa o indirectamente y más si es que se tienen hijos.
Si bien el bullying no es nada nuevo, somos varios los que lo sufrimos en la infancia y adolescencia, muchos creen que comienza recién en la escuela primaria, pero lo cierto es que aparece a edades muy tempranas.
Hablando de Bullying con los más chiquitos
El bullying no se previene con una charla con el niño, sino que dando el ejemplo. Si el pequeño ve que en casa hay abusos (hermanos mayores acosando a los menores, padres que se gritan, etc) lo verá como algo normal, pudiendo convertirse en víctima o victimario.
Los pequeños que van a empezar a relacionarse con sus pares, están aprendiendo a socializar y está en nosotros guiarles sin ser intrusivos. Por ejemplo, si golpean a otro niño, decirles que a él le dolió (usar algún término que el niño utilice cuando se hace daño) y que se puso triste.
Lo importante es ayudarles a formar empatía ante el resto. Si ellos son las víctimas del matón del grupo, no demonicemos al pequeño (por más que queramos) y enseñemos a nuestro niño cómo expresarle que le hizo sentir mal.
Si un niño aprende a expresarse desde pequeñitos acerca de las cosas que les hacen sentir mal y, cómo sus compartimientos pueden hacer que otros chiquitos se sientan tristes, estaremos ayudando a formar a un chico consiente de sus acciones y capaz de reaccionar ante las del resto de forma civilizada (o tan civilizada como podemos pedirle a un preescolar).
Juegos de rol
Otra forma de educarles sobre el bullying, es leyendo cuentos en que alguno de los personajes hiera al otro con palabras o acciones. Detengámonos y preguntemos al chico cómo creen que se sintió la víctima y porqué el victimario estuvo mal.
Los juegos de rol son otra forma de educar a los chicos sobre cómo socializar de forma correcta. Crea situaciones jugando, por ejemplo con muñecos y espera ver cómo reacciona. Es buen momento para reforzar o enseñar conductas positivas.
Los pequeñitos son egoístas por naturaleza a esas edad y no comprenden bien el dolor ajeno. No podemos esperar que lo hagan de un día a otro, pero si tratamos de reforzar conductas desde una corta edad, estaremos formando un chico sensible ante lo que ocurre con el resto.
Qué hacer ante el bullying
Es muy probable que en algún momento de su vida tu hijo sea acosado repetitivamente por el mismo niño: El enseñarles a poner la otra mejilla no sirve, pero si enseñarles qué hacer.
El golpear de vuelta no es la situación, pero tampoco convertirse en la bolsa de boxeo de otro chico. Nuestro hijo debe ser capaz de expresar con palabras que lo que hace el otro está mal y, si eso no funciona, evitar la agresión y hablar con la maestra.
Pregunta en el jardín de infantes o colegio cuáles son las políticas ante la agresión o acoso entre los niños de la clase. Debe existir un protocolo para ayudar a víctimas y victimarios, ya que están en la edad perfecta para evitar que el bullying sea un problema cuando crezcan.