Hacer que un niño deje atrás los pañales no es nada fácil y puede requerir de semanas o meses de entrenamiento. Algunos aprenden rápido y pasan directo a ir al baño, mientras que otros no logran acostumbrarse al terrorífico inodoro adulto.
A varios padres les ha pasado que, si bien su hijo avisa y usa sin problemas la bacinica, se niega siquiera a acercarse al verdadero baño de la casa y sentarse en el inodoro, por más que usemos un adaptador para niños. ¿Qué hacer en esos casos?
Ayudando a que el niño use el inodoro
Sentarse en una bacinica, que además se mueve por diversos lugares de la casa y parece seguir al niño, no es tan complicado. Además, suelen tener diseños agradables y los pequeños lo sienten como un objeto suyo.
Pero llega el momento en que la bacinica se jubila y hay que pasar a usar “el baño grande.” La mayoría de los chicos hace la transición sin problemas, pero otros se niegan e incluso vuelven a hacerse encima.
Si estás con ese problema, tenemos algunos consejos que pueden serte útiles
- Visiten el baño, muy al estilo tour, sin sentarse en el inodoro y, explica para qué sirve cada cosa
- Déjale decorar un poco el lugar para que se sienta más a gusto y lo vea más amigable. Un par de stickers hacen la diferencia.
- Al hacer en la bacinica, el niño no entiende bien qué pasa con sus desechos. Muéstrale como vacías la orina y heces en el inodoro, para luego tirar la cadena. A un chico le gustará mirar y escuchará, con palabras adecuadas, qué pasa después.
- Hazle cómodo el inodoro. Si bien podemos un adaptador para niños, no consideramos que no es nada agradable tratar de hacer lo suyo con los pies colgando. Una pequeña banqueta que le permita apoyarlos puede hacer la diferencia.
- Convierte orinar en el baño en un juego, es más fácil para los varones. Coloca anillos, de tamaño grande para que no se vayan al tirar la cadena y que tu hijo intente darles con el pipí.
Qué hacer si se niegan
Si todas las estrategias fallan y, el inodoro sigue dándoles miedo, no les obligues a utilizarlo, pero si a hacer sus necesidades en el baño, aunque sea en la bacinica.
De a poco y, con el ejemplo, el lugar se les hará más habitual. Puedes hacer parte de sus obligaciones el vaciar el contenido de la bacinica el inodoro y limpiarla (con un poco de ayuda) Explícales que al usar el inodoro no tendrán trabajo extra.
Obligarlos a sentarse en el inodoro los hará retroceder; con paciencia, todos los niños pasarán a utilizar el inodoro y no tendrás que enviarlos a la escuela primaria con una bacinica en la mochila.