Cuando veo en el supermercado a una madre con uno o más niños pequeños, siento una aire de solidaridad, ya que mientras otros la miran con ojos reprobadores al ver lo inquietos que están los pequeños, sé que la situación no es fácil.
Ir de compras con niños pequeños o medianos, tiene toda una serie de complicaciones: Debemos preocuparnos no sólo de llevar las cosas en la lista y tratar de gastar lo menos posible, sino que también evitar que los niños se pierdan o tengan berrinches.
Si bien no hay una receta infalible para lograr que una mañana o tarde de compras sea exitosa, si existen algunos trucos para mantener a los chicos ocupados y, por ende, con buen compartimiento.
Horario
Escoge el mejor horario para salir con ellos. La hora de la siesta es sagrada y debe ser respetada, no quieres un pequeño cansado y con berrinches cuando todavía te faltan la mitad de los productos. Evita ir cerca de las horas de comida, ya que el hambre se les despierta aún más en el supermercado y deberás enfrentarte a ruegos por un snack que se les antojo en ese momento.
Estrategia
Si nos demoramos lo menos posible, las posibilidades de que los chicos se alteren al estar cansados o aburridos son menores. Al hacer tus lista, ordena los productos por pasillo. Al ir sacando las cosas en orden, evitarás olvidos que te hacen volver a recorrer medio supermercado para encontrarlos.
Si buscas ofertas, revisa en Internet o diarios el catálogo del super, con las ofertas correspondientes a esa semana. Mientras menos tiempo pases en el supermercado, mejor para todos. Pequeños ayudantes Los niños, siempre están felices de sentirse “grandes” siendo los ayudantes de mamá.
Encomiéndales tareas de acuerdo a su edad. Los más pequeñitos pueden ayudarte a escoger el pan, mientras que los mayores pueden estar encargados de buscar cosas. Cuando llegues al pasillo correspondiente, dale la tarea de buscar cierto producto, describiendo marca y cantidad. Verás como se mantienen de lo más ocupados y colaboradores.
Las reglas claras de antemano
Antes de poner un pie en el supermercado, explica que no les comprarás nada de lo que pidan o, si deseas premiarlos, indicar que podrán escoger un caramelo, pegatinas o juguete pequeño, si es que se comportan hasta el final de la compra.
Podríamos decirle soborno, pero yo le llamo incentivo. No es fácil comportarse en un ambiente donde los niños no pueden moverse libremente y, un chico aburrido y sin espacio, se convierte en uno difícil.
Una ida al supermercado bien planificada, tiene menores posibilidades de terminar mal; niños cooperadores más una madre tranquila, resultan en una experiencia agradable para ambos.