Hace años, leí en un libro que, si se quería aprender a manipular bien, había que observar a un chico de dos años, ya que son por lejos los mejores manipuladores y conocen la forma de actuar para conseguir lo que quieren.
Todos hemos caído alguna vez en la manipulación de nuestros pequeños, quizá sin darnos cuenta. A los dos años, los chicos son capaces de ver las reacciones de los otros a sus acciones y utilizarlas a su favor.
Comportamiento
Un par de años atrás, me tocó ver a un pequeño de dos años y medio que, al descubrir que sus padres corrían a socorrerlo si se golpeaba la cabeza, comenzó a hacerlo a propósito para llamar la atención.
Eso si, después de un par de cabezazos dolorosos, empezó a fingir que se golpeaba, rompiendo en llanto sin que su cabeza golpeara la pared. Una lección de manipulación digna de hombre de negocios o político.
He visto lo mismo en otros niños: Caídas, travesuras que se repiten e incluso golpes a otros chicos; todo vale para llamar la atención y, si notamos estos comportamientos, es hora de actuar.
¿Me está manipulando?
Llantos antes de dejarlo en la guardería o accidentes cuando vas a salir o estás atendiendo a otro niño. Mucha coincidencia llama la atención y, es hora de observar las acciones de nuestro niño.
La manipulación puede comenzar a los dos o tres años y es un comportamiento bastante normal pero, si no lo manejamos bien, puede convertiste en un verdadero problema.
Aprender a manipular, significa que el chico descubrió que nosotros no sabemos lo que está pensando, un logro significativo en el desarrollo, pero envuelto en un comportamiento que parece negativo.
Si notamos que nuestro niño nos está manipulando, llega la hora de ignorar lo negativo. Si se golpea (y notas que está bien), simplemente dile que se ponga de pie o no le hagas caso.
En vez de responder a lo negativo, responde a lo positivo y refuerza esos comportamientos. Felicítalo cuando haga algo bien y no reacciones con lo malo o cuando finge, así aprenderá qué conductas son las adecuadas para tener una buena interacción con el resto.
Consejos
Si ves que tu niño está comportándose mal y tratando de llamar la atención a como de lugar, la solución podría estar en asistir a actividades con otros chicos, ya sea un grupo de juegos o jardín de infantes.
Los niños, aprenderán reglas de convivencia no sólo mediante las actividades, sino que también al enfrentarse a pares que, obviamente, no aceptarán ser victimas de sus manipulaciones y caprichos.
Instruye al resto de la familia acerca del comportamiento manipulador del niño, así nadie va a caer en la trampa (y tampoco reírse delante de él ante sus payasadas). Poco a poco irá corrigiendo su comportamiento y, esta etapa quedará como una anécdota para avergonzarlos en unos años más.